Su Festividad: 15 de Septiembre |
"Y a ti, Madre, una espada de dolor te
atravesará el corazón..."
(Lucas 2, 35)
Devoción
Siempre
los cristianos han aprendido de la Virgen a mejor amar a Jesucristo. La
devoción a los Siete Dolores de la Virgen María se desarrolló por diversas
revelaciones privadas.
La
Virgen comunicó a Santa Brígida de Suecia (1303-1373):
"Miro a todos los que
viven en el mundo para ver si hay quien se compadezca de Mí y medite mi dolor,
mas hallo poquísimos que piensen en mi tribulación y padecimientos. Por eso tú,
hija mía, no te olvides de Mí que soy olvidada y menospreciada por muchos. Mira
mi dolor e imítame en lo que pudieres. Considera mis angustias y mis lágrimas y
duélete de que sean tan pocos los amigos de Dios."
Nuestra
Señora prometió que concedería siete gracias a aquellas almas que la honren y
acompañen diariamente, rezando siete Ave Marías mientras meditan en sus
lágrimas y dolores:
1. "Yo concederé la
paz a sus familias."
2. "Serán iluminadas
en cuanto a los divinos Misterios."
3. "Yo las consolaré
en sus penas y las acompañaré en sus trabajos.»
4. "Les daré cuanto me
pidan, con tal de que no se oponga a la adorable voluntad de mi divino Hijo o a
la salvación de sus almas."
5. "Los defenderé en
sus batallas espirituales contra el enemigo infernal y las protegeré cada
instante de sus vidas."
6. "Les asistiré
visiblemente en el momento de su muerte y verán el rostro de su Madre.
7. "He conseguido de
mi Divino Hijo que todos aquellos que propaguen la devoción a mis lágrimas y
dolores, sean llevadas directamente de esta vida terrena a la felicidad eterna
ya que todos sus pecados serán perdonados y mi Hijo será su consuelo y gozo
eterno."
Según
San Alfonso María Ligorio, Nuestro Señor reveló a Santa Isabel de Hungría que
El concedería cuatro gracias especiales a los devotos de los dolores de Su
Madre Santísima:
1. Aquellos que antes de su
muerte invoquen a la Santísima Madre en nombre de sus dolores, obtendrán una
contrición perfecta de todos sus pecados.
2. Jesús protegerá en sus
tribulaciones a todos los que recuerden esta devoción y los protegerá muy
especialmente a la hora de su muerte.
3. Imprimirá en sus mentes
el recuerdo de Su Pasión y tendrán su recompensa en el cielo. 4. Encomendará a
estas almas devotas en manos de María, a fin de que les obtenga todas las
gracias que quiera derramar en ellas.
Meditar
los siete Dolores de Nuestra Madre Santísima es una manera de compartir los
sufrimientos más hondos de la vida de
María en la tierra.
La
fiesta de Nuestra Señora de los Dolores se celebra el 15 de septiembre, al día
siguiente de la Exaltación de la Santa Cruz. Al pie de la Cruz, donde una
espada de dolor atravesó el corazón de María, Jesús nos entregó a Su Madre como
Madre nuestra poco antes de morir. En respuesta a esta demostración suprema de
Su amor por nosotros, digamos cada día de nuestras vidas: "Sí, Ella es mi Madre. Jesús, yo la recibo y Te pido que me
prestes Tu Corazón para amar a María como Tú la amas."
EL REZO DE LOS 7 DOLORES
Se
reza un Padrenuestro y siete Ave Marías por cada dolor de la Virgen. Al mismo
tiempo le pedimos que nos ayude a entender el mal que hemos cometido y nos
lleve a un verdadero arrepentimiento. Al unir nuestros dolores a los de María,
tal como Ella unió Sus dolores a los de su Hijo, participamos en la redención
de nuestros pecados y los del mundo entero.
Acto de Contrición
Señor
mío, Jesucristo, me arrepiento profundamente de todos mis pecados. Humildemente
suplico Tu perdón y por medio de Tu gracia, concédeme ser verdaderamente
merecedor de Tu amor, por los méritos de Tu Pasión y Tu muerte y por los
dolores de Tu Madre Santísima. Amén.
(Se
aconseja leer del Evangelio las citas que acompañan a cada dolor)
Primer
Dolor - La profecía de Simeón (cf. Lucas 2,22-35)
Qué
grande fue el impacto en el Corazón de María, cuando oyó las tristes palabras
con las que Simeón le profetizó la amarga Pasión y muerte de su dulce Jesús.
Querida Madre, obtén para mí un auténtico arrepentimiento por mis pecados.
-Padrenuestro,
siete Ave Marías, Gloria al Padre
Segundo
Dolor - La huida a Egipto (Mateo 2,13-15)
Considera
el agudo dolor que María sintió cuando ella y José tuvieron que huir
repentinamente de noche, a fin de salvar a su querido Hijo de la matanza
decretada por Herodes. Cuánta angustia la de María, cuántas fueron sus
privaciones durante tan largo viaje. Cuántos sufrimientos experimentó Ella en
la tierra del exilio. Madre Dolorosa, alcánzame la gracia de perseverar en la
confianza y el abandono a Dios, aún en los momentos más difíciles de mi vida.
-Padrenuestro,
siete Ave Marías, Gloria al Padre
Tercer
Dolor - El Niño perdido en el Templo (Lucas 2,41 -50)
Qué
angustioso fue el dolor de María cuando se percató de que había perdido a su
querido Hijo. Llena de preocupación y fatiga, regresó con José a Jerusalén.
Durante tres largos días buscaron a Jesús, hasta que lo encontraron en el
templo. Madre querida, cuando el pecado me lleve a perder a Jesús, ayúdame a
encontrarlo de nuevo a través del Sacramento de la Reconciliación.
-Padrenuestro,
siete Ave Marías, Gloria al Padre
Cuarto
Dolor - María se encuentra con Jesús camino al Calvario (IV Estación del Vía
Crucis)
Acércate,
querido cristiano, ven y ve si puedes soportar tan triste escena. Esta Madre,
tan dulce y amorosa, se encuentra con su Hijo en medio de quienes lo arrastran
a tan cruel muerte. Consideren el tremendo dolor que sintieron cuando sus ojos
se encontraron - el dolor de la Madre bendita que intentaba dar apoyo a su
Hijo. María, yo también quiero acompañar a Jesús en Su Pasión, ayúdame a
reconocerlo en mis hermanos y hermanas que sufren.
-Padrenuestro,
siete Ave Marías, Gloria al Padre
Quinto
Dolor - Jesús muere en la Cruz (Juan 19,17-39)
Contempla
los dos sacrificios en el Calvario - uno, el cuerpo de Jesús; el otro, el
corazón de María. Triste es el espectáculo de la Madre del Redentor viendo a su
querido Hijo cruelmente clavado en la cruz. Ella permaneció al pie de la cruz y
oyó a su Hijo prometerle el cielo a un ladrón y perdonar a Sus enemigos. Sus
últimas palabras dirigidas a Ella fueron: "Madre, he ahí a tu hijo."
Y a nosotros nos dijo en Juan: "Hijo, he ahí a tu Madre." María, yo
te acepto como mi Madre y quiero recordar siempre que Tú nunca le fallas a tus
hijos.
-Padrenuestro,
siete Ave Marías, Gloria al Padre
Sexto
Dolor - María recibe el Cuerpo de Jesús al ser bajado de la Cruz (Marcos 15,
42-46)
Considera
el amargo dolor que sintió el Corazón de María cuando el cuerpo de su querido
Jesús fue bajado de la cruz y colocado en su regazo. Oh, Madre Dolorosa, nuestros
corazones se estremecen al ver tanta aflicción. Haz que permanezcamos fieles a
Jesús hasta el último instante de nuestras vidas.
-Padrenuestro,
siete Ave Marías, Gloria al Padre
Séptimo
Dolor -Jesús es colocado en el Sepulcro (Juan 19, 38-42)
¡Oh
Madre, tan afligida! Ya que en la persona del apóstol San Juan nos acogiste
como a tus hijos al pie de la cruz y ello a costa de dolores tan acerbos,
intercede por nosotros y alcánzanos las gracias que te pedimos en esta oración.
Alcánzanos, sobre todo, oh Madre tierna y compasiva, la gracia de vivir y
perseverar siempre en el servicio de tu Hijo amadísimo, a fin de que merezcamos
alabarlo eternamente en el cielo.
-Padrenuestro,
siete Ave Marías, Gloria al Padre
Oración final
Oh
Doloroso e Inmaculado Corazón de María, morada de pureza y santidad, cubre mi
alma con tu protección maternal a fin de que siendo siempre fiel a la voz de
Jesús, responda a Su amor y obedezca Su divina voluntad. Quiero, Madre mía,
vivir íntimamente unido a tu Corazón que está totalmente unido al Corazón de tu
Divino Hijo. Átame a tu Corazón y al Corazón de Jesús con tus virtudes y
dolores. Protégeme siempre. Amén.