Acuérdate ¡oh casto Esposo de la Virgen
María y amable protector mío San José que
jamás se ha oído decir que ninguno que haya
invocado tu protección e implorado tu auxilio
haya sido abandonado. Lleno pues de confianza
en tu poder, vengo a tu presencia y me
encomiendo a tí con todo fervor.
No deseches mis súplicas, ¡oh padre
adoptivo del Redentor! antes bien acéptalas
propicio y dígnate acceder a ellas piadosamente.
Así sea.
Agonizantes.
Oh, San José, Padre Adoptivo de Jesucristo
Oh, San José, Padre Adoptivo de Jesucristo
y verdadero esposo de María Virgen, ruega
por nosotros y por los agonizantes de este día
(o noche).
Gloria al Padre...