Pierina
Gilli, pasó varios años en Brecia, como ayudante en un convento de religiosas
por orden del Obispo Diocesano Monseñor Giacinto Tredici y el Franciscano
Giustino, sacerdote de gran fama; fue desde entonces su director espiritual.
La
segunda etapa de las maravillosas apariciones de Rosa Mística comienza en el
año de 1966 en Fontanelli, un campo de Montichiari donde se halla una fuente de
agua escondida en una gruta. Una vieja grada de piedra con unos diez escalones
da acceso a la cueva.
En
febrero, mientras Pierina rezaba en su cuarto ante un altar de la Virgen, tuvo
el privilegio de volverla a ver. La madre de Dios le infundió nuevo ánimo, la
colmó de consuelo y alegría y le prometió para el domingo blanco, 17 de abril
de 1966, su aparición en Fontanelli.
Informado
el Obispo de Brecia de la anunciada aparición de la Virgen, ordenó a Pierina a
guardar absoluto secreto sobre el particular.
Primera Aparición en
Fontanelli, 17 de abril de 1966
Pierina
rezaba el rosario paseándose en el camino, a poca distancia de la gruta. A eso
del mediodía, después del toque del Ángelus, se apareció la Madre de Dios y
dijo: "Mi divino Hijo Jesús con todo amor me mandó para dar un poder
milagroso de curación a esta fuente.. En señal de penitencia y purificación
besa, de rodillas, el peldaño superior... Ahora baja un poco más siempre de
rodillas y besa otra vez el peldaño"
La
vidente descendió de espalda y arrodillada y la Virgen la siguió, sus
inmaculados pies descalzos eran perfectamente visibles al posarse en los
escalones. Por tercera vez le mandó:
"besa las gradas, y haz levantar de aquí una cruz" y señaló con la
mano izquierda el punto preciso en donde debía ser colocada. "Que los
enfermos y todos mis hijos pidan ante todo perdón a mi divino Hijo. Besen con
mucho amor la cruz y luego saquen agua de la fuente y beban."
La
celestial señora se acercó a la fuente y mandó a Pierina: "Coge barro en
las manos y luego lávate. Esto te debe mostrar como el pecado es lodo y
suciedad en el corazón de mis hijos pero sí se bañan con el agua de la gracia,
las almas quedan purificadas y otra vez dignas de la amistad de Dios" Se
inclinó, tocó con sus manos la fuente en dos lugares y prosiguió: "Es
preciso que se haga conocer a todos mis hijos los deseos de mí Hijo Jesús,
comunicados en 1947 y los mensajes que di en la Iglesia de Montichiari. Deseo
que los enfermos y todos mis hijos acudan a esta fuente milagrosa. Tu misión
está en este lugar en medio de los enfermos y de quienes necesiten de tu
ayuda".
La
Virgen comenzó a elevarse hacía lo alto y abrió majestuosamente los brazos, a
cuyo impulso se desplegó y extendió su manto que ocupó un espacio inmenso.
Cobijadas por el manto, hacía la derecha, aparecieron la iglesia de Montichiari
y la fortaleza o Castillo de María.
La
Madre de Dios repitió: "Deseo que los enfermos y todos mis hijos, vengan
aquí a la fuente de la gracia". Su maravillosa sonrisa fue la rúbrica de
sus palabras, mientras seguía elevándose hasta
perderse en el cielo.
La
aparición del Castillo de María bajo el manto de Nuestra Señora, tiene su razón
de ser. Cuando fue puesto el Castillo en venta, personas pudientes deseaban
comprarlo para hacer de el un centro nocturno nada recomendable. Monseñor
Rossi, Párroco de Montichiari, se propuso impedirlo a todo trance y pidió
incesantemente la ayuda de la Rosa Mística.
Surgió entonces la idea de comprarlo para fines caritativos. Se dirigió
a Monseñor Luigi, apóstol de la Caridad que ya había fundado en Italia varios
asilos para enfermos, ancianos. Este compró el castillo y lo convirtió en un
hogar para sacerdotes, ancianos y enfermos. Se estableció allí una capilla y en
señaladas ocasiones se dan retiros espirituales.
Monseñor
Francisco Rossi afirma: "Todo esto es para mí un milagro muy grande y
visible de la Rosa Mística. La vieja fortaleza de María que estuvo a punto de
convertirse en un lugar de pecado es hoy lugar de oración, reparación y
caridad.
Las
construcciones que aparecieron al lado izquierdo, cobijadas por el manto de
María fueron la visión profética de muchas edificaciones que la fe y la caridad
de las gentes han levantado en torno a la fuente milagrosa.
Segunda Aparición en Fontanelli
el 13 de mayo de 1966
La
Virgen escogió el aniversario de las apariciones en Fátima para manifestarse
nuevamente a Pierina Guillini junto a la
fuente, a las 11:40 AM. Se habían reunido en el lugar unas 20 personas. He aquí
la conversación que se produjo:
-La
Madre de Dios inició el diálogo: “La noticia de mí venida aquí a la fuente debe
ser conocida y difundida por todas partes".
-Pierina
preguntó: "¿Cómo podré hacerlo sí no se me creen y se me impide
actuar?"
-"Aquí
está tu misión así como te lo exigí."
-"Oh
amada Madre de Dios, sin un milagro suyo que acredite mis palabras, las
autoridades eclesiásticas no me prestarán fe. Yo te pido que hagas un
milagro".
-Sin
dar respuesta a la petición, la Virgen sonrió maternalmente y continuó:
"Mi divino Hijo es todo amor, pero el mundo va hacia la ruina. Yo he
alcanzado una vez mas misericordia y vengo a Montichiari para prodigar las
gracias de su amor, pero para salvar a la humanidad se necesita oración,
sacrificio y penitencia". Después
señaló la fuente hacia la derecha y dijo: "Deseo que aquí se construya un
baño cómodo, alimentado por esta agua, en donde se pueda sumergir a los
enfermos", y mostrando hacia la izquierda, dispuso: "esta otra parte
de la fuente debe ser reservada para beber".
Pierina
le preguntó el nombre que debía llevar la fuente y la Rosa Mística contestó:
"Que
se llame la fuente de la Gracia”