Estos mártires, en su predicación,
daban
testimonio de lo que habían visto
De
los sermones de San Agustín (Obispo y Doctor de la Iglesia)
El
día de hoy es para nosotros sagrado, porque en él celebramos el martirio de los
santos apóstoles Pedro y Pablo. No nos referimos, ciertamente, a unos mártires
desconocidos. A toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe
su lenguaje. Estos mártires, en su predicación, daban testimonio de lo que
habían visto con un desinterés absoluto, dieron a conocer la verdad hasta morir
por ella.
Su Festividad: 29 de Junio |
San
Pedro, el primero de los apóstoles, que amaba ardientemente a Cristo, y que
llegó a oír de él estas palabras: Ahora te digo yo: Tú eres Pedro. Él había
dicho antes: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Y Cristo le replicó:
«Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.
Sobre esta piedra edificaré esta misma fe que profesas. Sobre esta afirmación
que tú has hecho: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo, edificaré mi
Iglesia. Porque tú eres Pedro». «Pedro» es una palabra que se deriva de
«piedra», y no al revés. «Pedro» viene de «piedra», del mismo modo que
«cristiano» viene de «Cristo».
El
Señor Jesús, antes de su pasión, como sabéis, eligió a sus discípulos, a los
que dio el nombre de apóstoles. Entre ellos, Pedro fue el único que representó
la totalidad de la Iglesia casi en todas partes. Por ello, en cuanto que él
solo representaba en su persona a la totalidad de la Iglesia, pudo escuchar
estas palabras: Te daré las llaves del reino de los cielos. Porque estas llaves
las recibió no un hombre único, sino la Iglesia única. De ahí la excelencia de
la persona de Pedro, en cuanto que él representaba la universalidad y la unidad
de la Iglesia, cuando se le dijo: Yo te entrego, tratándose de algo que ha sido
entregado a todos. Pues, para que sepáis que la Iglesia ha recibido las llaves
del reino de los cielos, escuchad lo que el Señor dice en otro lugar a todos
sus apóstoles: Recibid el Espíritu Santo. Y a continuación: A quienes les
perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengáis les
quedan retenidos.
En
este mismo sentido, el Señor, después de su resurrección, encomendó también a
Pedro sus ovejas para que las apacentara. No es que él fuera el único de los
discípulos que tuviera el encargo de apacentar las ovejas del Señor; es que
Cristo, por el hecho de referirse a uno solo, quiso significar con ello la unidad
de la Iglesia; y, si se dirige a Pedro con preferencia a los demás, es porque
Pedro es el primero entre los apóstoles.
No
te entristezcas, apóstol; responde una vez, responde dos, responde tres. Venza
por tres veces tu profesión de amor, ya que por tres veces el temor venció tu
presunción. Tres veces ha de ser desatado lo que por tres veces habías ligado.
Desata por el amor lo que habías ligado por el temor.
A
pesar de su debilidad, por primera, por segunda y por tercera vez encomendó el
Señor sus ovejas a Pedro.
En
un solo día celebramos el martirio de los dos apóstoles. Es que ambos eran en
realidad una sola cosa aunque fueran martirizados en días diversos Primero lo
fue Pedro, luego Pablo. Celebramos la fiesta del día de hoy, sagrado para
nosotros por la sangre de los apóstoles. Procuremos imitar su fe, su vida, sus
trabajos, sus sufrimientos, su testimonio y su doctrina.
Oración