Gloriosa Virgen María, Hija predilecta
del Padre eterno; Madre del Verbo
Divino; Esposa del Espíritu Santo, en
quien Dios puso complacido todas sus
gracias y misericordias, elevandote
cuerpo y alma al Cielo.
Eres más hermosa que la luna, más
resplandeciente que el sol, más bella
que la aurora y más poderosa que
todos los enemigos de tus hijos,
los hombres.
Madre tierna y bondadosa de los
pecadores, por estas cualidades tuyas,
alcánzame del Señor el perdón de mis
pecados; la perseverancia en el bien:
el amor de tu Divino Hijo Jesús y
concédeme tu maternal protección en
la vida y en la muerte para que
pueda en la dichosa eternidad
glorificar a Dios por los siglos de
los siglos. Amén.
(Con licencia eclesiástica)
SU FIESTA: EL 15 DE AGOSTO