Señor, me coloco delante de Ti en actitud de oración.
Sé que Tú me oyes penetras y ves.
Sé que estoy en Ti y que tu fuerza está en mí.
Mira este cuerpo marcado por la enfermedad.
Tú sabes, Señor, cuánto me cuesta sufrir.
Sé que Tú no te alegras con el sufrimiento de tus hijos.
Dame, Señor, fuerza y coraje para vencer los momentos
de decesperación y de cansancio. Conviérteme en paciente
y comprensivo, simple y modesto.
En este momento, te ofrezco todas mis preocupaciones,
angustias y sufrimientos,
para que yo sea más digno de Ti.
Acepta Señor que yo una mis sufrimientos a los de tu Hijo Jesús
que, por amor a los hombres, dio la vida en lo alto de la cruz.
Y ahora yo te lo pido, Señor: ayuda a los médicos y enfermeras
a tener
la misma dedicación y amor a los enfermos. Amén.