Nuestra Señora de San Nicolás


Su Festividad: 15 de Septiembre
La manifestación de María en San Nicolás, provincia de Buenos Aires, Argentina, comenzó el 25 de setiembre de 1983. La Virgen María se le apareció a la señora Gladys Quiroga de Motta en su habitación, mientras rezaba el rosario. Ella estaba vestida de azul, como en las imágenes clásicas; tenía al Niño en sus brazos y un rosario en la mano.

Tres días después tuvo una segunda aparición. Y nuevamente, el día 5 de octubre. Dos días después, fiesta de Ntra. Sra. del Rosario y ante una nueva aparición, Gladys le pregunta cuál era el motivo de su visita. María le contesta sin palabras: le da la visión de un templo. Unos días después, el 12 de octubre, Gladys le manifiesta al P. Pérez, párroco de la catedral, lo que le está sucediendo.

El 13 de octubre —aniversario de la última aparición de Fátima—, María se aparece y le habla por primera vez: "Has cumplido. No tengas miedo; ven a verme. De mi mano caminarás y muchos caminos recorrerás". Y le da a leer un significativo texto de Ezequiel en la Escritura (2,4-10). El texto expresa una misión y comienza diciendo: "Son hombres obstinados y de corazón endurecido, aquellos a los que Yo te envío para que les digas: 'Así habla el Señor'".

Los mensajes se hacen seguidos. El 8 de noviembre le habla y le da a leer Ex 25,8: "Me harán un Santuario y habitaré en medio de ellos". El día 12 María le habla y Gladys siente un aroma de rosas y también, un fuerte olor a incienso. Tiempo después, el 27-6-87, María le dirá: "Aquel que huele el perfume de mis rosas conmigo camina".

La imagen

El 15 de noviembre es Jesús, el que por primera vez le habla: "Soy el sembrador, recojan la cosecha, será grande". Y ese mismo día, María se proclama: "Yo soy la patrona de esta región. Hagan valer mis derechos". Con esto, María recuerda que ella, como Nuestra Señora del Rosario, había sido la patrona de la parroquia de San Nicolás. Su imagen, bendecida por el Papa León XIII, había ocupado un lugar destacado en la Catedral inaugurada en 1884. Deteriorada con el tiempo, esa imagen yacía depositada en el campanario.

El 24 de noviembre, Gladys se dirige, con un grupo de personas, al lugar que María le mostrara para edificar el templo. Será en el campito de la Virgen. Al día siguiente le dice: "El Espíritu Santo es tu guía, debes obedecer. Elegido está el lugar de mi morada; todo queda en manos de ustedes".

El día 27 de noviembre, el P. Pérez se da cuenta de que la imagen abandonada en el campanario, coincide con la descripción de Gladys. La vidente la reconoció inmediatamente y María le dijo: "Me tienen olvidada pero he resurgido... Quiero estar en la ribera del Paraná".

Los estigmas

El viernes 16 de noviembre de 1984, Gladys recibe los estigmas.

La medalla

El 2 de diciembre de 1984, la Virgen le dice: "Debes hacer acuñar una medalla con mi imagen de la advocación de María del Rosario de San Nicolás y, en el reverso, la Santísima Trinidad con siete estrellas".

Y el 25 de setiembre de 1985, María le revela el significado de la medalla: "Hija mía, te diré el significado de las siete estrellas. Son siete gracias que mi Hijo Jesucristo concederá a quien la lleve sobre su pecho".

El Santuario

El 25 de setiembre de 1986 —tercer aniversario de la aparición— el obispo, Mons. Castagna, coloca la piedra fundamental del templo. Es un santuario amplio, de 80 metros de largo, dominado por una cúpula. El domingo de Ramos de 1989 se inaugura la primera parte de la construcción y se traslada la imagen de la Virgen.

El 2 de febrero de 1985, había dicho María: "Bendito el momento en que el Señor eligió a este pueblo, y bendito porque lo eligió para que Yo tenga mi gran casa, esa casa que será de paz y de sosiego, lugar donde acunaré a millares de hijos, que vendrán en busca de amor. Asistiré a los enfermos, a los caídos, a todo hijo perteneciente a la gran familia de Dios, porque mi Misión es atender al rebaño del Señor" (Mens. 463).


Grandes signos milagrosos de la Virgen

1.-

 "El 19 de octubre de 1984, el pequeño Gonzalo Miguel Godoy, de 7 años de edad, nacido el 14 de enero de 1977, se encontraba en Pergamino (a 70 km de San Nicolás), cuando presentó los primeros síntomas de un mal que lo derrumbó. Se encontraba postrado, somnoliento, casi sin movilidad. No podía hablar.

El 25 de octubre se le realizó una tomografía que mostró evidencias de un tumor cerebral. Una lesión frontal del lado izquierdo presionaba toda esa zona, causando la parálisis del lado derecho.

Su madre, María del Valle, se puso en manos de la Virgen y le pidió fuerzas para sobrellevar lo inevitable, ya que el pronóstico era sombrío. En el mejor de los casos, una operación que dejaría al niño disminuido, siempre y cuando no le causara la muerte. La madre se encontraba embarazada de su séptimo hijo. Ya iba por el séptimo mes. Se sentía abrumada por una terrible angustia, y sin embargo, y ante su sorpresa, la invadió una profunda paz interior.

El 29 de octubre, el lado derecho del niño estaba totalmente paralizado. Se hallaba acostado, inmóvil, helado, como muerto. Una arteriografía cerebral llevada a cabo ese mismo día, confirmó la gravedad de su estado. Los padres solicitaron que se le administrara la Unción de los enfermos y se le diera la Primera Comunión. Mons. Castagna autorizó este pedido.

El 30 de octubre, a las 10:30 de la mañana, el obispo envió a un sacerdote, el P. Ariel David Busso, su canciller. Éste le explicó al niño que iba a recibir a Jesús y lo puso bajo la protección de la Virgen del Rosario de San Nicolás. El niño recibió este "don de Dios" con una gran fuerza interior y con los ojos bien abiertos, contempló la hostia antes de comulgar.

Y he aquí que, 45 minutos después, empezaron a notarse señales de mejoría; la parálisis experimentó un notable retroceso, las mejillas del niño recobraron su color y él salió de su letargo. El 1° de noviembre, el tumor disminuyó un 70%, según resultó de una segunda tomografía.

La mejoría fue creciendo en los días siguientes y Gonzalo comenzó a leer. El 19 de noviembre de 1984, se le realizó una tercera tomografía. Donde antes estaba el tumor, no queda más que una cicatriz. 


2.-

"Juan Ignacio Cordero Olgouin, de 9 meses, aquejado de meningitis y parálisis cruzada, luego de estar ciego, sordo e inconsciente, y en estado de coma durante nueve días, se despertó al décimo completamente curado, luego de las oraciones que su familia elevó a la Virgen del Rosario de San Nicolás. Las consultas médicas efectuadas posteriormente confirmaron la curación: así consta en la declaración firmada por Celia C. de Ologuin el 24 de noviembre de 1987 (René Laurentin, "María del Rosario de San Nicolás", Ediciones Paulinas, p. 56).

 

 
Oración a la Virgen del Rosario de San Nicolás

 
Santa María Madre nuestra
que en cada misterio del Santo Rosario
nos brindas al Salvador.
Acudimos a Ti necesitados.
Nos alegramos que desde la Cruz,
el Señor te haya encomendado la misión
de acercarnos a Él y a su Iglesia.
Alentados por la confianza que nos inspiras,
ponemos en tus manos maternales,
nuestras preocupaciones y temores.
Pero deseamos imitar tu fidelidad a Dios
aceptando con amor y humildad todas las pruebas.
¡Madre Nuestra del Rosario de San Nicolás!
que tu presencia renueve nuestra vida,
alivie nuestro ser agobiado
por el sufrimiento y la enfermedad,
sostenga nuestra docilidad a la gracia
y fortalezca nuestro amor a los demás,
convirtiéndonos así en testigos del amor del Padre,
que no vaciló por tu intermedio,
en darnos a Jesús.
Amén