"... En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: "Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme." Entonces los justos le contestarán: "Se or, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?" Y el rey les dirá: "Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis."
Y entonces dirá a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis." Entonces también éstos contestarán: "Se or, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?" Y él replicará: "Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo." Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna..."
En línea con la propuesta de santidad del Levítico (19,1-2.11-18 "Sed Santos porque yo el Señor su Dios soy santo) hoy, Jesús anuncia de manera solemne cómo será el juicio y con base en qué serán juzgados los seres humanos y las naciones. La Iglesia nos propone hoy este texto tomado del "discurso escatológico" de san Mateo, no para que nos proyectemos sin más a un final de los tiempos olvidándonos del presente, sino para que arriesguemos un proyecto diferente hoy con miras a nuestro futuro definitivo. Podríamos decir que así es como sintetiza Mateo el ministerio público de Jesús; sus enseñanzas y los signos que ha realizado a lo largo de su vida tienen como preocupación fundamental la instauración del reino, y como meta final la vida eterna. Ambas realidades reposan sobre un compromiso real y concreto cual es la construcción de una sociedad basada en unas relaciones de justicia y solidaridad. En forma tajante Jesús declara bienaventurados a quienes han puesto su vida y su interés en favor de "uno de sus hermanos menores" y le han proporcionado algún medio para mejorar su calidad de vida; en cambio, están fuera de esta bienaventuranza quienes han dejado de hacerlo. Con esta imagen y con esta declaración queda sin piso ni fundamento cualquier pietismo que se limite sólo a mantener una relación "espiritualista" con Dios, olvidando al hermano, al pequeño o, al pobre.
La santidad no consiste en la acumulación de "oraciones" sino en saber reconocer en el otro a Dios. Tener una mirada de fe para poder buscarlo y encontrarlo.
En este tiempo de Cuaresma (Oración .- Ayuno - Limosna) el texto evangélico de hoy nos plantea la realidad de poder "ver" y "ayudar" a Jesús.
Me propondré a lo largo de este día buscar al Señor para asistirlo en quien tiene alguna necesidad. No pasaré indiferente frente al pobre.
Con cada obra de caridad iré construyendo mi morada en el cielo.
Que tengan un día bendecido en el Señor y que el rostro de Jesús sea visible en los hermanos (de un modo especial en los necesitados yen aquel que no me quiere, que me molesta, que me injuria, ese también es un necesitado de amor porque tiene en su vida alguna insatisfacción o muchas heridas interiores por eso necesita recibir "caridad").
Al final del día me preguntaré: ¿Qué obra realicé por el necesitado hoy?.
Bendiciones.
P. Jorge Domínguez S. C.