Se
le llama Nonato (no-nacido) porque nació después de morir su madre. Ella murió
al dar a luz. Después de la muerte le hicieron cesárea para que el niño pudiera
nacer.
Ramón
significa: "protegido por la divinidad" (Ra=divinidad.
Mon=protegido).
Su Festividad: 31 de Agosto |
San
Ramón nació en Cataluña, España, en 1204. La buena y alta situación de su padre
le posibilitó crecer en buen ambiente y formación, aunque sin el cariño y los
cuidados de una madre. Cuentan de su primera juventud la devoción especialísima
a la santísima Virgen que le llevaba con frecuencia a visitar la ermita de San Nicolás donde pasaba ratos mientras sus rebaños pastaban. Luego su padre quiso
irlo incorporando poco a poco a las tareas de administración de sus posesiones
y esa fue la razón por la que se le encuentra en Barcelona en el intento de
aprender letras y números. Allí tuvo ocasión de trabar amistad con San Pedro Nolasco
-que por aquel entonces era comerciante- y de compartir mutuamente los deseos
de fidelidad a la fe cristiana vivida con radicalidad, llegando incluso a
considerar la posibilidad de entrar en el estado clerical.
Como
el padre disfruta de un gran sentido práctico, lo reincorpora al terruño de
Portell y le encarga la explotación de varias de sus fincas. Pero, sigue
diciendo la antigua crónica, que la misma Virgen María le comunica su deseo de
que ingrese en la recién fundada Orden de la Merced y allí está de nuevo en
Barcelona puesto a disposición completa en las manos de su antes amigo San Pedro
Nolasco.
Noviciado,
profesión, ordenación sacerdotal y ministerio en el hospital de Santa Eulalia
se suceden con la normalidad propia de quien tiene prisa para cumplir el cuarto
voto mercedario consistente en redimir a los cautivos y servir de rehén en su
lugar si procede.
En
el norte del continente negro predica, consuela, cura, fortalece, atiende y
transmite paciencia a los cautivos de los piratas berberiscos; comprende bien
su situación y se hace cargo de que están rodeados de todos los peligros para
su fe. Incluso él mismo tuvo que soportar cárcel y la tortura de que sellaran
sus labios por ocho meses con un candado para impedirle la predicación.
A
su vuelta a España entre el clamor de las multitudes, lo nombra Cardenal de la
Iglesia el papa Gregorio IX, reconociendo sus méritos y virtud de la caridad
practicada de modo heroico; pero no le dio tiempo a llegar a Roma por morir,
antes de cumplir los cuarenta años, cuando se disponía a hacerlo.
Por
el empeño de hacerse cargo de su cuerpo tanto los frailes mercedarios como los
nobles señores de Cardona, decidieron de común acuerdo darle sepultura allá
donde lo decidiera una mula ciega que lo llevó a lomos hasta que quiso pararse
ante la ermita de San Nicolás, en Portell.
Desaparecieron
las reliquias, irrecuperables ya para la veneración, en el año 1936.
Lo
que no ha sido relegado al olvido por sus paisanos es la figura del santo y su
acción caritativa. Esa devoción secular que se refleja incluso en las fiestas y
en el folklore. No digamos nada sobre la devoción que le profesan todas las
parturientas que lo tienen como especial patrón para su trance.
Se
divulgó por el mundo la pintura que lo muestra con la Custodia en la mano
derecha expresando así la fuente de su caridad con los hombres.
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