Bajo
el pretexto de proveerles su propio automóvil, para que los niños pudieran
trasladarse seguramente en medio de la multitud que rodeaba sus hogares, el
administrador civil o alcalde del distrito en el que estaba ubicada Fátima,
llegó a Aljustrel en la mañana del 13 de agosto. En un atentado para conocer
"la verdad" sin éxito, el 11 de agosto, Arturo Santos, un apóstata
Católico y Masón de alto rango, había planeado una trampa que dejaría a los
niños bajo su custodia para forzarlos a revelar todo. Como acto de buena fe, se
ofreció para llevar a los tres niños y a sus padres a ver al párroco, quien él
decía que quería verles, y así se fue a Cova. En la casa parroquial él abandonó
esta artimaña así como a los padres llevándose solo a los niños hasta la sede
del distrito en Vila Nova de Ourem, a unas 9 millas de distancia. Aquí el
intentó comprarlos, los amenazó de muerte y encerrándolos en una celda con
otros "criminales" para hacerlos retractar de su historia. Todo esto
sin ningún resultado. A pesar de sus edades, su fe en la Señora y su coraje
fueron imperturbables.
Mientras
tanto en Cova al mediodía del día 13 los signos externos característicos de la
aparición se hicieron visibles para la multitud, la mayor multitud hasta los
momentos. Después que estos signos terminaron la multitud se dispersó, sin
saber sobre las trampas tendidas por el gobierno.
Sin
embargo, el "juicio" de los niños continuó por dos días, preocupando
de gran modo a sus familias. Finalmente, en la fiesta de la Asunción el 15 de
agosto, el Administrados los condujo de nuevo a Fátima y los dejó a los pies de
la rectoría. Aquí fueron vistos por la gente que salía de Misa tratando de
determinar por parte de Ti Marto dónde habían estado los niños. Su furia se
volcó contra el conductor del auto y contra el Alcalde cuando llegó un poco más
tarde, ambos ansiosos de escapar ilesos. Este fue el único esfuerzo serio por
parte de la autoridades por intervenir con la Señora de Fátima.
En
cuanto a los planes de la Señora, fueron retrasados un poco. El Domingo 19 Lucía,
su hermano Juan y Francisco estaban pastoreando sus ovejas en un lugar llamado
Valinhos. Estaba ubicado al lado de la misma colina opuesta a Aljustrel donde
se les apareció el ángel dos veces, un poco más al norte. Alrededor de las 4 de
la tarde, presintiendo que la Señora estaba a punto de aparecerse, Lucía trató
sin éxito de convencer a John que fuera a buscar a Jacinta hasta que le ofreció
unos cuantos centavos por la diligencia. Mientras ella y Francisco esperaban
vieron la luz típica. El momento en el que Jacinta llegó se apareció la Señora.
"¿Qué
quieres de mí?"
Vengan otra vez a Cova da
Iria el trece del mes que viene, mi hija, y continúen rezando el Rosario todos
los días. El último día yo haré un milagro para que todos crean.
"¿Que
debemos hacer con las ofrendas que deja la gente en Cova da Iria?"
Quiero que hagan dos andas
(para cargar estatuas) para la fiesta de Nuestra Señora del Rosario. Quiero que
tú y Jacinta lleven una de ellas con dos otras niñas. Ustedes dos se vestirán
de blanco. Y luego quiero que Francisco, con tres niños ayudándolo, cargue la
otra. Los niños también han de vestir de blanco. Lo que quede de las ofrendas
ayudará para la construcción de la capilla que ha de ser construida aquí.
Lucía
luego preguntó por la curación de algunos enfermos
Algunos
los curaré durante este año
(Mirándolos
tristemente) Oren, oren mucho. Hagan
sacrificios por los pecadores. Muchas almas se van al infierno, porque nadie
está dispuesto a ayudarlas con sacrificios.
Habiendo
dicho esto se retiró como lo había hecho en otras ocasiones.