La Medalla de San Benito es un signo sagrado muy difundido entre los fieles católicos. Presenta de un lado la Cruz de Cristo, y del otro la imagen de San Benito Abad. Sobre la Cruz y su alrededor, se leen las iniciales de una oración ó exorcismo. La Medalla de San Benito recuerda a los fieles que la llevan consigo la presencia constante de Dios y su protección. El significado de las iniciales es el siguiente (texto latino y traducción):
Crux Sancti Patris Benedicti Cruz del Santo Padre Benito
Crux Sancta Sit Mihi Lux La Santa Cruz sea mi luz,
Non Draco Sit Mihi Dux no sea el demonio mi guía.
Vade Retro Satana ¡Apártate, Satanás!
Numquam Suade Mihi Vana no sugieras cosas vanas,
Sut Mala Quae Libas maldad es lo que brindas,
Ipse Venena Bibas bebe tú mismo el veneno.
Breve historia de la Medalla de San Benito
En la Vida de San Benito escrita por el papa Gregorio Magno cuarenta años después de la muerte del santo, el abad Benito manifiesta una especial devoción hacía la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, signo de salvación. En uno de los milagros narrados por su biógrafo, un vaso que contenía veneno se quiebra cuando San Benito hace la señal de la cruz sobre él. En otra oportunidad, uno de sus discípulos se siente perturbado por el maligno, y el santo le manda hacer la señal de la cruz sobre su corazón para verse liberado. En su "Regla de los monjes", San Benito indica que cuando un monje iletrado presenta su carta de profesión monástica ante el altar, debe usar como firma una cruz. Estos y otros muchos indicios invitaban a los discípulos del abad San Benito a considerar la Cruz como una señal bienhechora que simboliza la pasión salvadora de Cristo, por lo cual fue vencido por el poder del mal y de la muerte.
Las Investigaciones históricas sobre el origen de la Cruz-Medalla de San Benito han mostrado que su difusión comenzó probablemente en la región de Baviera (sur de Alemania) hacia el año 1647. En su época, durante un proceso judicial, unas mujeres consideradas hechiceras declararon que no habían podido dañar a la cercana Abadía de Metten, porque estaba protegida por el signo de la Cruz. En dicho monasterios se hallaron pinturas con representaciones de la Cruz junto a las iniciales que acompañan hoy a la Medalla. Pero esas letras no pudieron ser interpretadas hasta que, en un manuscrito de la biblioteca del monasterio, se encontró la imagen de San Benito junto al oración compuesta por las iniciales. En realidad, un manuscrito más antiguo procedente de Austria (siglo XIV), que aún se conserva, parece haber sido el origen de la imagen y da la oración. A pesar de que el siglo XVII algunos la tuvieron por supersticiosa, debido justamente a las enigmáticas iniciales que acompañan a la imagen, en el año 1742 el Papa Benedicto XIV aprobó el uso de la Cruz-Medalla de San Benito para todos los fieles.
En el siglo XIX se dió un renovado fervor por la Medalla de San Benito. En los trabajos escritos de Dom Prosper Guéranger, abad de Solesmes, y de Dom Zelli lacobuzzi, monje de San Pablo Extramuros, se estudia detenidamente el origen y la historia de la historia de la medalla. Desde el último monasterio, ubicado en Roma, foco de irradiación benedictina, se difundió también la devoción de la Medalla. La representación más popular de la misma es la llamada "medalla del jubileo", diseñada en la Abadía de Beuron, y acuñada especialmente para el jubileo benedictino del año 1880, conmemoración de los 1400 años del nacimiento de San Benito Abad. Los abades benedictinos de todo el mundo se reunieron para aquella ocasión en la Abadía de Montecassino, y desde allí la Medalla de San Benito se diseminó por todo el mundo.