Mandatos Generales II

El miedo al cambio como “continuador” del mandato: 

Todos nos sentimos a gusto con lo conocido, aun en los casos en los que tenemos claro (desde la razón) que no es lo que más nos conviene para nuestras vidas. El cambio muchas veces suele ser amenazante.

Estos mandatos adquieren mucha fuerza y poder al provenir de muchas generaciones anteriores, lo cual provoca que nos encontremos en una especie de trance hipnótico donde nos es muchas veces difícil tomar conciencia de nuestras propias conductas y emociones.

Por lo tanto, muchas veces se hace necesario contar con apoyo emocional e información adecuada para poder desafiar y cambiar estos mandatos.

De ahí que generalmente solemos ser muy leales y obedientes a los mandatos y órdenes recibidas por nuestra familia y ancestros, por lo tanto nos cuesta mucho alejarnos de aquellas formas de actuar de cómo nos criaron y nos dijeron que debe ser la vida.
En muchos casos, salirse de ese camino puede ser visto como un “castigo”.

De maneras más o menos sutiles muchas familias frente a nuestros cambios presentan su oposición ¿Cuántas veces alguien logra con mucho esfuerzo realizar un cambio y siente en el fondo que su familia, acostumbrada a otro tipo de accionar, no le gusta o le resulta raro e incomprensible que haga otra cosa a lo que ellos están acostumbrados?

La clave: soltar los mandatos y apropiarnos de nuestra vida
Descubrir y sentir que todos tenemos dentro el poder suficiente para realizar lo que queremos genuinamente en nuestro interior es la clave para vivir plenamente la vida que todos esperamos para nosotros y entender que nosotros somos la representación en el presente del amor de nuestros ancestros. 

LO MÁS IMPORTANTE

Ser leal a ese amor, a esa fuerza es tomar de ellos las mejores intenciones y transformarlas en la energía que nos permite vivir plena y apasionadamente nuestra vida.

Por eso es importante saber que no vamos a decir "Todo lo recibido no sirve o es lo que me ata y debo cortarlo". Cuidado con esto que no es todo así. Hay que tener discernimiento.

Y es importante también, proponernos cambiar aquellos mensajes negativos en esperanzas y amor para trasmitir a las futuras generaciones.

Señor tu me enseñaste desde tu propia persona lo que significa "ser libre", el no estar atado a tradiciones que nos hacen esclavos, ritos que dirigen nuestra vida, sombras que están allí siempre presentes.

Soy el ARQUITECTO de mi vida.
Hoy quiero construir y levantar mi propia casa en donde tú tengas el lugar central.

Bendiciones. P. Jorge